Casandra

Casandra

En la mitología griega, Casandra es la hija de Príamo (rey de Troya) y Hécuba. A veces se la llama Alexandra por ser la hermana de Paris-Alexander.

Apolo le concedió el don de la adivinación, pero como ella lo rechazó, decretó que sus predicciones no serían creadas, ni siquiera por su familia.

Algunas fuentes también la convierten en la hermana gemela del adivino Helenos.

Casandra era conocida por su gran belleza, «como la dorada Afrodita», según Homero, lo que hizo que Apolo se enamorara de ella.

Le concede el don de la profecía a cambio de que hagan el amor en el futuro. Casandra acepta el regalo pero rechaza al dios.

Apolo le escupe en la boca, lo que le impedirá para siempre ser comprendida o creída, incluso por su propia familia.

Casandra

Cuando su madre vuelve a estar embarazada, Casandra predice que el fruto de su carne provocará la pérdida de Troya. Por ello, su madre aleja a su hermano París de la ciudad que tanto aprecia.

Casandra advierte a Paris, a su regreso, que su viaje a Esparta le llevará a secuestrar a Helena y provocar así la pérdida de Troya. Cuando Paris trae a Helena de vuelta a Troya, Casandra es la única que predice la perdición, ya que los troyanos están cautivados por su belleza.

También ha advertido que el caballo que utilizan los griegos es un subterfugio que llevará a la caída de Troya. Cuanto más acertadamente ve Casandra el futuro, menos se le escucha.

En trance, anuncia terribles acontecimientos en un delirio que la hace parecer loca. Como resultado, todo el mundo la rechaza. También reparte desgracias: los príncipes extranjeros que la cortejan, luchando del lado de los troyanos, caen víctimas de los guerreros griegos; Casandra está así condenada a quedarse sola, nunca se casará.

Por ejemplo, Príamo la había prometido antes de la guerra de Troya a Otrino, un habitante de la ciudad de Cabesos, a quien prometió la mano de su hija a cambio de su participación en la guerra, pero Idomeneo lo mató con una lanza en el estómago.

Mientras todos los soldados griegos invaden la ciudad, Casandra, que se ha refugiado cerca del Paladio, es violada por Áyax, hijo de Oileo, mientras se aferra a la estatua de Atenea.

(Para expiar esta profanación, los locos son condenados a enviar cada año a Troya dos muchachas vírgenes para que sean sirvientes del Paladio; si los habitantes las capturan antes de que lleguen al templo, son inmoladas).

Tras el drama, Casandra es encontrada por los griegos que deciden perdonarla a petición de Agamenón, que la encuentra de su agrado.

Durante el viaje de vuelta a Micenas, tiene dos hijos con él, Teledamos y Pélope. Cuando regresa a su reino, es asesinado por Egisto, el amante de su esposa Clitemnestra, que está furiosa por el asunto y la inmolación de su hija Ifigenia.

Persigue a Casandra y la asesina a su vez. Casandra había tenido previamente una visión del asesinato de ella y Agamenón, pero éste no la creyó. Muere sin remordimientos, tras haber presenciado la masacre de su familia.

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