En el mundo físico pueden intervenir fuerzas del mundo astral, que son casi imperceptibles para el ojo del hombre moderno. Para nosotros, lo que está oculto es el efecto del mundo espiritual del bajo astral, en las actividades humanas y el desarrollo personal.
Aunque la mayoría de las personas desean vivir una vida buena y cómoda, todavía hay varias fuerzas en nuestro mundo que crecen en el poder de destruir, abusar o sacrificar vidas inocentes.
Al plano en el que converge el plano físico con el orbe etéreo, es a lo que llamamos bajo astral.
Es como otro espacio que vibra a un nivel de energía inferior. Después de que una persona muere, el cuerpo astral se separa del cuerpo físico y avanza hacia la luz, pero no todos los cuerpos astrales siguen el camino de la luz.
En el plano del bajo astral, es donde se muestra la peor energía espiritual: odio, violencia, tendencias asesinas, vicios.
Las entidades que se segregan en esta dimensión, en su existencia física fueron asesinos, violadores, genocidas, personas con las cualidades morales más bajas, que han sido destinados a deambular por el bajo astral.
Se encuentran en el bajo astral alimentando el sufrimiento y el caos, generalmente a la búsqueda de satisfacer su degradación, capturando a personas que se encuentran en el mundo material, actuando en ellos como un parásito.
En el bajo astral también se encuentran seres que no han aceptado abandonar el mundo material, o cuando estén llenos de sentimientos de odio, ira, arrepentimiento o amor excesivo, lo cual se convierte en la razón que les impide ir hacia un plano astral de mayor luz.
¿Qué nos acerca al plano del Bajo Astral?
La rabia, la ira, que son emociones negativas no hacen más que alimentar y acercarnos al bajo astral.
También existen juegos muy peligrosos, como la Ouija, el juego del espejo o el de las copas, o entrar en contacto con brujas falsas, que se acercan a las personas ofreciendo ayuda rápida a través del espiritismo o trabajos de magia negra o hechicería.
Tener este tipo de emociones o participar en alguna de las actividades señaladas, es para estos parásitos astrales como una invitación que les permite interferir y en ocasiones destruir la vida de esas personas.
También existen otras circunstancias que sin querer pueden atraer al bajo astral de manera involuntaria, como lo puede ser una depresión, el uso y abuso de drogas, alcohol, debilidad psíquica, emocional, física, el estrés o hasta un coma.
En este mundo turbulento en el que vivimos, en donde prevalece el exceso de violencia y la falta de concordia, hay que buscar detener a las fuerzas que nos hacen involucionar.
Que nos persiguen, y recordar que solo hay un camino hacia la luz, solo hay una fuerza restauradora y sanadora, que al mismo tiempo nos aleja del bajo astral.
Ese es el camino a elegir: el de la amabilidad, la generosidad, el amor por nuestros compatriotas, animales y por la naturaleza.
Aquellos que se embarquen en este camino de paz y ascensión espiritual estarán cada vez más cerca del Creador, y cada vez más lejos del alcance de los seres del bajo astral.