La Aeromancia es la adivinación mediante el examen de las variaciones y fenómenos del aire.
Es probablemente el arte adivinatorio más antiguo, cuya práctica se remonta a la antigua Babilonia.
Hoy en día, este arte se utiliza menos que antes.
Es principalmente la dirección en la que sopla el viento lo que permite hacer predicciones.
La creencia en esta técnica se basa en el hecho de que las fuerzas divinas controlan la naturaleza, el entorno y las condiciones meteorológicas, como los rayos, los truenos, la fuerza y la dirección del viento o la presencia de un halo que cubre la luna o el sol.
De esta forma de adivinación proceden muchos refranes como «La lluvia de la mañana no asusta al peregrino», «Navidad en el balcón, Pascua en la hoguera», «Luna de plata, hace buen tiempo».
Aeromancia como funciona
La aeromancia no requiere ningún equipo para practicarla. Sin embargo, el conocimiento de sus interpretaciones no es fácil de conocer ya que se utilizaba sobre todo en Babilonia y esta técnica ha ido decayendo constantemente con el paso del tiempo.
ͽ Suele practicarse por la mañana, al levantarse:
ͽ El practicante debe entonces poner su mirada hacia la dirección del viento, ya sea observando una planta en movimiento o analizando el movimiento de las nubes;
ͽ También es posible que simplemente se humedezca el dedo para sentir el frescor y saber en qué dirección sopla el aire.
En Dodona, el movimiento de ciertas hojas o el sonido de las campanas de bronce se interpretaban para indicar la dirección del viento.
Interpretación y ejemplos de Anemomancia
ͽ Un viento del oeste es un buen augurio ;
ͽ Un viento del Este anuncia un acontecimiento triste o será propicio para la espiritualidad;
ͽ Un viento del Norte sugiere un encuentro o un amor;
ͽ Un viento del sur no es un buen augurio;
ͽ Un viento que sopla brutalmente anuncia luchas, conflictos.
Otro método de Aeromancia
Consiste en utilizar los vientos para determinar la respuesta a una pregunta.
ͽ Esto implica tomar un tazón grande;
ͽ escribe las respuestas en los trocitos de papel, colocándolos boca abajo en el bol;
ͽ entonces deja que el viento dé la respuesta dando la vuelta a uno o más trozos de papel.